Hablar
de la devoción a la Virgen del Rocío en Sevilla es,
indefectiblemente, hacerlo de la Hermandad de Triana. La sexta
filial de la Matriz de Almonte cumple ahora doscientos años
de peregrinación. Y es por ello que este fin de semana, la
corporación peregrina de forma extraordinaria a Almonte, donde se
encuentra la Blanca Paloma cada siete años.
Un
hecho histórico que viene nuevamente a escribir una página
gloriosa en la vida de esta hermandad, santo y seña no sólo en
Sevilla, sino en el resto de España y, por qué no escribirlo, del
mundo.
La
historia de la Hermandad del Rocío de Triana se inicia el 6 de
junio de 1813, cuando Francisco Antonio Hernández y María
del Carmen Tamayo, vecinos de la calle Castilla, fundaron una
Hermandad de Nuestra Señor del Rocío.
A
ellos se unieron, tal y como se explica en la historia de la
corporación, «los doce primeros hermanos que aquí se citan:
Juan de Adorna, Benito Adorna, Francisco Justo Pérez, Juan Lúquez,
José Llorente, José Sauceda, José Gómez Mayor, José Gómez
Menor, Juan Durán, Pablo Fosao Vega, José de Sirva y Lorenzo
Domínguez».
A
partir de ese momento, la devoción por la Virgen del Rocío fue
entroncándose de tal manera en el barrio de Triana y en sus
gentes que traspasó el río y se instaló en toda la ciudad.
Doscientos años hace de aquel inicio que ha llevado a la
Hermandad del Rocío de Triana a ser guía y faro, referente en el
mundo rociero. Una devoción que, tras dos siglos, permanece
inalterable.
publicado por ABC